A continuación os mostraré un relato ficticio elaborado por mí (Jesús "Farton") sobre el trasfondo de un personaje al que tengo mucho cariño. Trata sobre un Goblin, el auge y caída de su ejército. Al ser un relato extenso lo iré publicando en varios capítulos diferenciados para que los que estéis interesados podáis leer este trasfondo. ¡Un saludo y espero que os guste!
Relato Goblin - El Waaagh de Domatrolez (Parte I)
Los
inicios de un rey
Miles son los relatos e
historias que uno puede encontrar en las polvorientas bibliotecas de las
grandes ciudades humanas, dentro de sagrados templos o incluso en el interior
de laberínticas pirámides talladas en piedra en la propia pared. Éste es el método
que varias civilizaciones han ideado a lo largo de los años para preservar su
cultura y conservar rasgos inherentes a su propia raza, para de este modo
extender su conocimiento a las generaciones venideras.
Sin embargo, otras razas
menos civilizadas, bien por su falta de intelecto o por su brutalidad extrema,
ni siquiera han planteado dejar evidencia escrita de su historia, sus hazañas,
o las catástrofes a las que han tenido que hacer frente para no cometer los
mismos errores de su pasado.
Es por esto que el
siguiente relato que me dispongo a transcribir puede resultar de una
importancia exorbitante, pues jamás antes nadie había encontrado rastro escrito
de lo que parece ser un diario de guerra… pielverde…
El lugar donde tropecé con
este húmedo recopilatorio de anotaciones envueltas en una capa de piel escamosa
y atado toscamente con una cuerda roída no es relevante en estos momentos, pues
lo realmente interesante es la información hallada en su interior. Este diario
que ahora mismo sostengo en mis manos no está compuesto por hojas de pergamino como
podríais pensar, las hojas son una suerte de pellejos arrugados que más se
asemejan a una piel membranosa y flácida del interior de un animal o de alguna criatura, los
caracteres escritos en esta carne se han marcado con sangre negruzca que ha
quedado seca y el trazo es torpe y descuidado, lleno de tachones y garabatos,
intentando imitar lo que podría entenderse como runas enanas, pero claramente
desfiguradas y acompañadas por pueriles dibujos agregados a los textos.
No obstante, el valor de
lo que aquí revela el diario es incalculable. Una muestra del pensamiento pielverde
y su dedicación para el combate, la pura manifestación de las sucias artimañas
que están dispuestos a llevar a cabo para conseguir lo que se proponen, un
relato que quizá pueda mostrar que estos seres aparentemente carentes de cerebro
y raciocinio no sean al fin y al cabo tan deficientes y majaderos como durante
siglos los humanos hemos pensado.
He aquí que me dispongo a
transcribir y comentar el diario de guerra del autoproclamado “Kaudillo Goblin
Jefe Único e Inzuperable Mandamás” Farton Domatrolez.
Farton es probablemente
uno de los más "aztutoz" goblins que han habitado las Tierras Yermas
y los Reinos Fronterizos. De no serlo, sería muy difícil de explicar cómo este
enclenque goblin de piel verdosa y manchas amarillentas consiguió
autoproclamarse Kaudillo Rey de un temible Waaagh creciente que asoló toda la
cuenca este del Río de la Calavera hasta El Valle de Telarañas, este pequeño y
agreste territorio de los Reinos Fronterizos era conocido por los pieles verdes
de las zonas como "Royo'Odrega", tal y como
aparece en las anotaciones del propio Farton.
Farton Domatrolez portando un estandarte de guerra
Al parecer, Farton no
destacaba por su fortaleza física, pero sí por su habilidad militar y su
genialidad estratégica en la batalla. Rara vez entraba en combate (lo cual le
permitía seguir con vida), pero sí controlaba el terreno sobre el que se desplegaban
las batallas y llenaba de trampas y emboscadas a sus enemigos en el desarrollo
de las contiendas.
La astucia de Farton y
sus exitosas incursiones le fueron otorgando prestigio y poder dentro de las
diferentes tribus de pielesverdes, las cuales, tras observar las victorias
cosechadas por el ejército del Kaudillo Goblin se fueron anexionando a su ¡Waaagh!
Sin embargo, sería de
ilusos pensar que la mayoría de orcos seguirían ciegamente a un
"debilucho" y "diminuto" goblin en batalla, y esto era algo
que el propio Farton sabía.
Según parezco entender,
el mismísimo Farton se encargó personalmente de buscar entre sus
tropas al más fiero y sanguinario de los Jefes Orcos de las tribus cercanas, un
imponente orco conocido por los pielesverdes como Manh’ute Masticacráneoz. Y
una vez más usando su astucia con la ayuda de su fiel chamán goblin, al que los
textos hacen referencia como Sparz Piñopicao, consiguieron agasajar al gran
bestiajo verde con un espectáculo mágico y pirotécnico. En dicha demostración,
Piñopicao empezó a convulsionar mientras preparaba una asquerosa marmita de un
líquido verdoso que no soy capaz de comprender ni transcribir. Pero al parecer,
de la olla emanaba un humo aceitunado que representaba a una impía deidad de los
pielesverdes a la que hacían referencia y llamaban ambiguamente Gorko o Morko,
sin establecer diferencias aparentes entre ambas, como si no supieran referirse
correctamente a su diabólica y perjudicial omnipotencia.
Chamán Goblin Sparz Piñopicao
Tras la exhibición pirotécnica y taumatúrgica, Farton y Piñopicao ofrecieron una cesta con unos hongos (de los cuales jamás había escuchado hablar antes) como obsequio al Gran Jefe Orco. Al parecer, estas setas imbuían algún tipo de aturdimiento venenoso, pues consiguieron dejar prácticamente atontado al Jefe Orco, el cual, a pesar de mantener su fortaleza física, parecía embobado y drogado, según cuenta el fragmento húmedo de pergamino que intento desencriptar. De este modo, aprovechándose de la situación, Farton convenció al enorme orco de que se uniera a su ¡¡Waaagh!! para seguir cosechando éxitos en batalla y de este modo obtener más setas como recompensa, tal como Gorko o Morko "habían profetizado" (falsamente).
Fue así que el Jefe Orco accedió, convencido de la visión de sus dioses y
fuertemente dependiente del consumo de esas extrañas setas, tremendamente adictivas. A partir de ese
momento, Farton rebautizó a Manh’ute Masticacráneoz como “Manh’ute Sesozeco",
su segundo de a bordo.
Manh'ute Sesozeco
Ahora, con la ayuda de un
Gran Jefe Orco al lado de Farton ningún otro orco de ninguna otra tribu se
atrevería a desafiar al Kaudillo Goblin, puesto que por muy poco inteligentes
que sean los pieles verdes, hasta la más estúpida de estas malignas criaturas
sabía que desafiar a Farton suponía tener que enfrentarse a Manh’ute.
No obstante, el ansia de
poder de Farton era insaciable. Le hacía falta dar un paso más para aumentar su
¡¡Waaagh!! a pesar de controlar y "reinar" sobre las tribus de los
Ojos Torzíoz, los Piez Zuzios, los Muerde Ezpinaz y los
Adoradorez de la Luna Roja. Todavía seguía habiendo mucha anarquía dentro
de sus tropas y las peleas eran constantes. Controlar la animosidad al parecer
no resulta una tarea fácil y se tornaba cada vez más complicada cuanto más
grande se iba haciendo su ejército.
Continuará…
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